Un mensaje a través de los océanos: Plastic-Free Youth

La presidenta de la ONG Avanfuer, Yanira Cáceres, y el líder de equipo español, Alberto Sarabia Hierro, nos cuentan la historia:

¿Pueden contarnos más sobre lo que hace Avanfuer?

Avanfuer es una ONG que trabaja en temas de protección medioambiental en Fuerteventura, una de las Islas Canarias más grandes. Fuerteventura cuenta con una reserva de la biosfera reconocida por la UNESCO. El área incluye la isla y algunos kilómetros del océano. Luchamos contra la contaminación plástica desde hace 15 años. Sentimos que era el momento de involucrar más a los más jóvenes organizando un intercambio.

¿Cómo planearon el proyecto?

Inicialmente seleccionamos tres organizaciones asociadas de diferentes países. El grupo de Reunión, una isla francesa en el Océano Índico, tenía un perfil bastante similar al nuestro, mientras que el grupo croata procedía de un entorno mucho más urbano. Nuestra organización socia rumana se había fijado el objetivo de promover la ciudadanía activa entre los jóvenes. Cada uno de ellos acordó enviar un equipo de cinco jóvenes, más un líder juvenil. Para conseguir un grupo totalmente variado hicimos una cuidadosa selección, teniendo en cuenta su edad, género e intereses en temas ambientales. Aunque nuestros socios ya tenían mucha experiencia en la ejecución de todo tipo de proyectos, se han desarrollado aún más a lo largo del proyecto.

¿Cómo diseñaron el programa de la semana?

Al comienzo de la semana, formamos equipos mixtos con nombres de océanos: Ártico, Índico, Atlántico y Pacífico. Cada equipo estaba compuesto por jóvenes de diferentes países para mezclar los grupos y ofrecer espacios de discusión. Para empezar, los jóvenes presentaron la situación ambiental en su propio país, enfocándose en los problemas del plástico. Descubrimos que, por ejemplo, la isla de Reunión tiene desafíos similares a los nuestros y trabaja arduamente para salvar a las tortugas marinas como nosotros. Un representante de la reserva de la biosfera también vino a realizar un taller sobre algunos de los proyectos de conservación en nuestra isla. Esa fue la parte más teórica, pero luego comenzamos a explorar la reserva y, de hecho, vimos por nosotros mismos lo que estaba sucediendo.

¿Cuáles fueron las principales actividades al aire libre?

Visitamos el centro de rescate de tortugas marinas que trabaja para aumentar su población y cuidar a las tortugas marinas que han sido dañada por desechos plásticos, en sus aletas o en sus bocas. La isla es una zona desértica, pero tenemos algunos lugares de agua dulce naturales interesantes que son importantes áreas de anidación y alimentación para las aves que muestran lo frágil que es el ecosistema. Para comprender el impacto que los seres humanos tienen en el medio ambiente aquí, practicamos el «plogging» en estos lugares: recolectamos basura mientras corríamos, una tendencia que comenzó en Suecia y que se ha vuelto muy popular en todo el mundo. Esta limpieza involucró a todos nuestros jóvenes y algunos incluso competían por quién podía recoger más basura. Otro día, visitamos algunas playas que parecían limpias al principio, pero al inspeccionarlas más de cerca, observamos estaban contaminadas con microplásticos. Nuestros equipos recolectaron algunos de estos pequeños fragmentos de plástico y también registraron algunos datos sobre el estado actual de la costa.

¿Cómo reaccionaron los jóvenes ante tales descubrimientos?

Se sorprendieron mucho al ver cómo los microplásticos viajan con las corrientes llegando prácticamente a cualquier lugar. Les ayudó a darse cuenta de que todo está conectado y que sus acciones pueden tener un efecto en otras partes del planeta.

¿Cómo organizasteis las actividades al aire libre?

En nuestros eventos cuidamos mucho el menú, ya que creemos que comer alimentos de buena calidad conduce a una mejor actitud y energía dentro del grupo. Evitamos los envases de plástico de un solo uso y compramos productos frescos locales. Si no podíamos organizar el catering, cocinamos nosotros mismos. El día de la barbacoa fue memorable y constructivo para todo el equipo, ya que se sintieron como una familia compartiendo tareas y responsabilidades. Una persona se hizo cargo del fuego mientras que otras se encargaron de las verduras.

¿Cómo promocionasteis las actividades?

Los jóvenes organizaron una campaña en las redes sociales, publicando fotos y vídeos durante las actividades. Durante la promoción, vistieron las camisetas oficiales del proyecto confeccionadas con algodón orgánico y tinta sostenible, e impresas por una pequeña empresa local. También les dimos a todos una cantimplora para rellenar y llevar con ellos en actividades al aire libre. Nuestro proyecto también llegó a la comunidad local. Fuimos invitados a la radio y a una reunión con la agencia gubernamental de Fuerteventura. Nuestros jóvenes se sintieron muy orgullosos de explicar a los miembros del consejo todo lo que habían estado aprendiendo y haciendo.

¿Qué más considera que aprendieron durante el proyecto?

Las noches internacionales ayudaron a romper algunas barreras culturales, intercambiando comidas favoritas, bailes y otras tradiciones. En el Día de Canarias (30 de mayo), que es un importante día festivo, los jóvenes aprendieron a practicar un deporte tradicional con palos de madera, y cada uno de nuestros «equipos oceánicos» preparó gofio, un famoso plato local elaborado con harina de trigo o maíz. Luego votaron quién hizo el más sabroso. Al final de la semana todos intercambiamos mensajes escritos en papeles de colores. Fue una buena manera de recordar su tiempo aquí. Un mensaje fue particularmente conmovedor. Nos aseguró que habíamos marcado la diferencia: «Avanfuer me cambió. Cuando regrese a la isla de La Reunión, comenzaré una nueva vida: nuevos estudios, nueva mentalidad para hacer mi entorno libre de plástico.»

¿Tuvisteis algún desafío a superar?

El transporte público en la isla es deficiente y el albergue estaba muy lejos de la ciudad más cercana. Fue un desafío llegar a la isla. Como solo se puede volar a Fuerteventura desde Madrid, Barcelona, ​​Gran Canaria o Tenerife, el equipo de Reunión tuvo que cambiar de vuelo primero en Francia y luego en España. Un viaje tan largo significa que algunos de los jóvenes llegaron agotados. Así que tuvimos que alquilar minibuses, lo que al menos redujo el tiempo de viaje local.

¿Cuáles considera que son los resultados de aprendizaje más importantes?

Los psicólogos dicen que necesitamos unos 15 días para cambiar un hábito, ¡pero para este proyecto solo teníamos una semana! Incluso en ese corto tiempo hicimos que los jóvenes fueran más conscientes de las consecuencias de sus acciones. La próxima vez que consideren comprar plástico, preguntarán: ¿realmente lo necesito? ¿Es reciclado? ¿Qué efecto tendrá mi elección en el medio ambiente?

¿Ha organizado algún seguimiento?

¡Sí! Ahora tenemos un departamento juvenil activo en nuestra asociación, formado por exparticipantes del intercambio juvenil. Juntos seguimos dando a conocer nuestras actividades con el hashtag #plasticfreeyouth, que nos ayuda a captar a más jóvenes que compartan la filosofía de nuestro proyecto.

¿Tiene alguna recomendación para otras personas que estén planeando un proyecto similar?

¡Familiarícese con la ubicación de su proyecto y considere el concepto de sostenibilidad! Uno puede comunicarse con empresas de la zona, comprar en la comunidad local y organizar el transporte de manera inteligente.